martes, 31 de marzo de 2015

El pasado


Un regreso para firmar el divorcio, unos hijos desconcertados ante los sentimientos de los adultos y un misterioso intento de suicidio. Material suficiente para construir una película hipnótica sobre lo que las relaciones de andar por casa pueden complicar la vida de personas corrientes, con sentimientos, secretos y conversación.

En esta nueva historia de Asghar Farhadi ya no estamos en Irán y las reglas locales no influyen sobre el argumento. Pero la intriga y los desencuentros -emotivos y de convivencia- vuelven a fluir con impresionante sencillez para hacer atrayente la vida de sus criaturas. Para que las sigamos en su lucha por desenvolverse y ser medianamente felices, mientras se desentraña el misterio.

Farhadi dirige con excelente pulso y a ras de suelo, con precisión narrativa y sin alardes. Prescinde de músicas enfáticas, posiciones de cámara para su lucimiento, estrellas ejerciendo de tales. El drama se expone con una naturalidad pasmosa, incluso en aquellos aspectos más delicados o inverosímiles, desarmando al espectador con el estupendo trabajo de los intérpretes y otro de sus bellísimos finales.

Farhadi es un contador de historias sobre pequeños seres en este loco mundo. Y su locura bien merece acudir a la oscuridad del cine, que pronto será también cosa del pasado.


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