lunes, 10 de octubre de 2011

Las razones del corazón


Arturo Ripstein es un director de la vieja escuela que se crió aprendiendo cine en los estudios en los que ejercía de productor su padre y trabajaba Luis Buñuel. El de Calanda fue uno de los cineastas de los que Ripstein aprendió a dirigir y eso deja huella, pero supongo que también afirma el carácter. Ripstein tiene además una guionista de cabecera, Paz Alicia Garciadiego, que le tiene cogido el aire a su descarnado punto de vista. Con esos mimbres, un escenario único, un blanco y negro en digital que parece analógico y media docena de personajes, acaban de estrenar su particular visión de Madame Bovary y les ha salido precisa, tremebunda y mexicana.

Con algunas demoras innecesarias en el arranque, momentos de teatro filmado, humor oportuno y una interesante aunque discutible sucesión de desenlaces, Las razones del corazón es una película que apasionará o aburrirá, según el gusto o indiferencia hacia el melodrama sórdido iberoamericano que se tenga.

Lo que no se puede discutir es la interpretación de su actriz principal, Arcelia Ramírez, apabullante. Y hablando de discutir: ¡Qué bien discuten los mexicanos sus pasiones!

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