sábado, 1 de mayo de 2010

Alicia en el país de las maravillas


Mientras llega otro evento en vestido de cóctel, con photocall, canapés y glamouuuur, la Sobrina se mantiene en forma enviándonos esta crítica a la última de "malospelos" Burton. Menos mal que no la invitó a la premiere en L.A. Le hubiera dicho unas cuantas cosas, como éstas:


Resulta sorprendente como un conjunto de elementos jugosos y apetitosos pueden dar lugar a manjares que dejan un sabor agrio y poco agradable.

Cuando la factoría Disney, Tim Burton, Johnny Depp y un gran reparto de actores deciden presentar el remake de una película que ya en su momento resultó original y estrambótica, uno piensa que es una genial idea. El director sabe como presentar ideas originales y hacer pasar grandes ratos (siempre que te guste su estilo particular).

Pocas personas conozco que una vez vista la dichosa película, sigan pensándolo.

Entré en el cine con mi amiga, esa gran amiga que tiene invitaciones, pero con la que pocas veces elijo una bien-película (y no será porque no lo hemos intentado), aún sabiendo que no ibamos a nada demasiado bueno. Pero con nuestro gran pack de palomitas y chucherías, pensamos que si conseguiríamos pasar una buena velada de cine.

Como recomendación: esperar a que salga en DVD, porque ni el 3D salva el asunto. De hecho yo sigo sin ver lo positivo de esta nueva técnica para intentar mandarnos al cine. ¡Dichosas gafas!

Para empezar, no entiendo el público al que va dirigida la película: no es para niños (de hecho pone que no es recomendada para menores de 7, y aun así me parece que si un chaval de esa edad entra a verla, no disfruta nada). Pero ni siquiera tiene guiños para los adultos. Hace pocas referencias a la película anterior, y la verdad es que los que vimos la peli de dibujos cuando éramos unos críos, disfrutaríamos más con un guión más elaborado.

Tampoco tiene una acción trepidante, ni unos escenarios increíbles (la Reina Roja se encargó de cargarse lo bonito de aquel país que conocimos de niños), ni un argumento que te mantenga en vilo. Vamos, que lo único que salva la cuestión es un Sombrerero Loco genialmente maquillado y genialmente Loco, y una Reina de cabeza tan grande que no sé ni como se mantiene en pie.

Sinceramente, no he pasado un mal rato, se puede decir que hasta me he entretenido, pero se me ha hecho poco para lo mucho que podía ser. Ya lo dice el Sombrerero nada más ver a la prota: a esta Alicia le falta mucho para ser aquella Alicia. (Para más inri, no me convence mucho el doblaje que le han hecho a la actriz). Personalmente, a mi también me salvó el entrar pensando escribir unas líneas sobre lo que iba viendo.

En fin, me quedo con la escena de baile a lo Michael Jackson-Niña del exorcista que se marca Sombrero. Y quiero pensar que ahí termina la película (el momento final es una de esas escenas moralizantes que hay que poner en las películas que se pretende que sean para niños. Eso es lo que más me ha cabreado: un final repelente).
En definitiva, lo que piensas al salir del cine es un: ¡Que le corten la cabeza! pero ni al Sombrero ni a la Reina, por favor.. bueno a la Pija Reina Blanca… pueden hacer con ella lo que quieran. A mi me han dado ganas de darle un par de guantazos, a ver si dejaba de moverse de manera tan ridícula.

Sigan disfrutando del buen cine y no hagan caso a las grandes producciones que se dejan tanto dinero en promocionarlas. Eso suele ser mala señal. Es un consejo… (que no un conejo).


La sobrina

5 comentarios:

  1. La película es un gran coitus interruptus, algo así como el equivalente cinematográfico de una calientapollas. Toda la película es una suspensión continua del clímax. Podría haber sido una gran película…si hubiese tenido un metraje de cuatro horas, como “Lo que el viento se llevó”, pero el público de hoy en día no esta preparado para esos trotes. La búsqueda filosófica que subyace a ese “ Eres Alicia pero aún no eres Alicia” podría haber dado fruto a una película con mucha carga metafísica con toques de angustia existencial. Absolem, la oruga que todo lo sabe podría haber sido más grande que Yoda. El tono épico de la película podría haber devenido en un peliculón de aventuras, a caballo entre el genero de Capa y Espada y el de batallas heroicas y vistosas a lo Abismo de Helm…pero tampoco. Toda la trama de Despotismo y Revolución podría haber contenido una crítica más profunda, más rica en alegorías y con una denuncia tacita como colofón final. Si esto fuera una crónica, y no una opinión a pié de pagina, la titularía “ Alicia en el país de los wannabes”.

    Pero pese a todo esto, y como hasta la Sobrina ha tenido que admitir, entretiene. Burton ha tenido la buena idea de no hacer otra versión de la infancia de Alicia, ya tenemos el original de Lewis Carroll y la versión animada. No. Él ha decidido realizar una continuación, un salto en el tiempo que nos muestra a una Alicia entrando en la edad adulta, una Alicia que ha olvidado la realidad de su aventura de infancia y la ha descartado como producto de una pesadilla. Alicia en esta película realiza un viaje iniciático para recuperar la espontaneidad y la inocencia de la infancia, para recuperar su niño interior, y lo hace en un momento crítico de su vida: su familia y su sociedad espera de ella una serie de cosas que intuye pueden acabar por doblegar su alma. Una boda por conveniencia asomando por la puerta, el deber…y una liebre como encarnación de sus más profundos deseos de libertad correteando en los límites de su campo de visión. No voy a seguir ahondando en las dicotomías de la película, que son muchas, pero rompo una lanza a favor de la película que pudo haber sido, y no fue. No se a quien culpar del aborto, pero estoy convencido que la intención era de las mejores (de buena intenciones esta el infierno lleno). Tras esta película mediocre se esconde la sombra de un peliculón…pero no se lo digáis a nadie, que es un secreto.

    La gente seguiría yendo a verla porque es Tim Burton: Nadie pondría la mano en el fuego por el guión, pero puedes jugarte el trasero a que estéticamente va a ser un banquete de tres platos y postre en uno de los restaurantes de moda de la ciudad. Sabemos de antemano que el diseño de personajes va a ser inmejorable, que la escenografía te va a introducir en una experiencia casi lisérgica, que el color va a embrujarte. Seguiríamos yendo a verla igual que algunos seguimos visitando exposiciones de Arte (Aquí alguno estará pensando “por snobismo” pero yo me refería al deleite estético).

    Sobrinísima, no hay que ver solo el lado negativo de las cosas, aunque la tradición en todas las ramas de la crítica sea despellejar a la gente. Pese a esto, te sigo queriendo con el ardor de mil soles y todo eso que siempre digo para que no te enfades mucho conmigo. xD

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  2. Tío, escibes muy bien.
    Si fueses sobrino mío te fichaba

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  3. Cuidado: soy muy sensible a los halagos, XP.

    Me gustaría aprovechar y añadir a lo dicho algo que me ha hecho ver una amiga hace unas horas: para lo que nos ha ofrecido de facto esta pelicula...ya teniamos Las cronicas de Narnia: animales que hablan, niños evolucionando a heroes gracias a la superación de unas pruebas y tres o cuatro piedras en el camino, reinos que salvar y una reina muy muy mala. Malisima. En fín, intenté rebatirle algo, pero no pude quitarle ni una coma a lo que dijo. Desde ese punto de vista las similitudes son tantas que podemos decir que sí, que en efecto: la "Alicia" de Burton tiene más de Narnia o de La brujula dorada que de alegoría Carroliana. Y con esto ya me la envaino y no le dedico más tiempo a los "Alice files".

    Buenas noches y buena suerte, ;D

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  4. Mmh... Yo también querría que fuera tu sobrino, pero él no se deja cazar por la sobrina!
    Dejemos caer la idea de que es un buen fichaje. De eso no hay la menor duda.
    Ahora poniéndome algó más seria, respecto a tu manera de ver Alicia resulta más positiva que la mía,lo cual es de agradecer, aunque te quedaras con el mismo sabor de boca. Ya sabemos que en filosofía la crítca es la base de todo, pero no siempre hay que ser tan duros. Lo tendré en cuenta. Ahora bien, si llega a escribir mi amiga, que se quedó dormida, igual es todavía más desagradable que yo. En fin, como has descubierto, el quedarme con las ganas no lo llevo demasiado bien.
    Creo que no es justo alabar cosas que pudieron haber sido y que no fueron. ¿Rompemos entonces una lanza por nuestro amor imposible? No seamos exagerados...
    Creo que hay que ser justos y retorcer las tuercas a quien puede dar más. Igual puedo recordar a los típicos profesores de colegio (o a cierta profesora de la facultad), pero quien tiene talento debe usarlo y no desperdiciarlo, y menos ganar dinero a costa de usarlo mal. Y Burton lo tiene y no me gustan las tomaduras de pelo.
    En fin, que estoy últimamente en el lado oscuro de la fuerza. A ver si alguien me rescata (y no demasiado tarde, que no quiero acabar como Darth Vader, gracias).
    Haciendo referencia a la crítica sobre "Que se mueran los feos", yo también echo de menos las cosas bonitas y agradables sin pretensiones demasiado estrafalarias.
    Me quedaré esperando a "lo bello" que me saque de este negativismo.. Esperando a un jueves que parece será un sábado para el alma. No me defradues, querido tito.

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  5. Vitor, habrás de saber que en el blog de cine de Rodriguez Marchante (Una de piratas), que es para mi gusto de los mejores bolgs de cine de la prensa electrónica, también se ha hecho una comparación de Alcia con Las crónicas de Narnia. Coincido con Nerea en que a ciertos cineastas la calidad de producción y dirección artística se les presupone. Están obligados, dado su prestigio y presupuesto, a ofrecernos eso de partida, como "paquete básico". Y a partir de ahí, su talento para contar es el que debe marcar la diferencia, al margen de la espectacularidad que su firma es capaza de volcar sobre pantalla. Porque espectacularidad no significa gran película. Más bien gran taquilla.
    De hecho, me gustaría ver qué pueden ofrecernos hoy, con un presupuesto de menos de veinte millones de dólares (que allí es como aquí uno), gente como Scorsese, Spielberg o Burton.
    Nerea, en cuanto a la magia del jueves, se hará lo que se pueda. Aunque nuestro Circo tiene una belleza terrible.

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