sábado, 24 de abril de 2010

La noche de los libros, por la Sobrina

Al final, no tuve mucho plan cultureta. Pero una crónica sobre este día había que hacerla sí o sí. Después de tanto bombo como le dio aquí el colega...
No se puede guiar a un grupo de 20 personas por Madrid a hacer nada en concreto... pero tuve momentos cinéfilos con otro bloguero, (no tan superestrella, como la sobri solo hay una), con futuros editores, con filósofos y la guerra de la galaxia... y el glamour lo pusieron los cócteles, aunque esta vez si que hubo que pagarlos (eran tan monos y tan ricos, que no dolió demasiado). No creo que mi noche fuera una noche de cine, pero cuando salí del bar podía pensarse que representaba la película de Cantando bajo la lluvia (aunque me faltara la lluvia).
Pero bueno, mis momentos "libreros" tuvieron lugar. Toda esta fiesta estuvo precedida y terminada por un hermoso kit kat a base de Fieras. Una firma de libros en la cripta de... (prefiero no saber quien estaba enterrado allí) fue lo que permitió la foto (por fin, salió) en la que aparecemos tan sonrientes. Fue un momento que me permitió ponerle caras y voces a las letras que se ven por aquí de vez en cuando ¡qué halagadores, qué majos! y me alegré de que al bajar no estuvieran los dos solicos, como aquella primera firma de libros... Es que no es el mismo glamour el de la cripta que el del Retiro.. ¡dónde va a parar!
¡Una pena que se nos escapara Javier Cámara, que por allí pululaba... !
El refrigerio, tras el calor sofocante, y tan bien acompañados de familiares, madre mía que bien nos sentó a todos. Sobre todo al de la pastillita (no pensemos mal... era un Strepsils..). ¿Y cómo fue mi final de la noche? pues no podía ser de otra manera: Leyendo un buen libro. Corto, si, pero Grande. Y con una hermosa dedicatoria. ¡Arriba esas Fieras! Y nada, ya... desaparezco! (creo no haber matado a nadie todavía...)


7 comentarios:

  1. La vida tiende a dar sorpresas, a mi me pasó el viernes, pensé que jugaba con ventaja, al fin y al cabo les había visto en fotografías y bueno no lo tenía muy difícil, eran las dos personas que estaban firmando, pero mira tú por donde que fueron ellos los que me reconocieron y vinieron a mi con una sonrisa y los brazos abiertos. Así que ahí estaba yo, en una cripta-cueva-cava, departiendo conversación con escritores, catedráticos de bacteriología, dueños de librerías y codeándome con la jet set de escritores, Don Alberto de Cuenca me fue presentado y me dio dos besos con una sencillez abrumadora, así que, con una normalidad y tranquilidad absoluta, allí estaba yo, me sentía cómoda, como en familia, así me hicieron sentir. De conversación de cine, libros, playas y costas, árboles plantados y la vida que va y viene, acabé compartiendo confidencias y consejos con Nerea, (la famosa sobrina), e incluso ideando un plan de acción para acorralar a Javier Cámara, no sabe él, de lo que se libró. Así como vaticiné, fue una delicia. Volvía yo a casa con libros bajo el brazo con dedicatoria cariñosa, la bolsa llena de lunas y unas ganas de volver a juntarnos y seguir hablando y hablando. De Juan no pude despedirme, estaba muy ocupado, pero tenemos una conversación de cine pendiente que se quedó a medias, y bueno al fin y al cabo, allá por tu tierra hay un árbol que lleva mi nombre.

    No sé si Fabrizio pudo al final pasarse, conocerle si que lo eché de menos.

    De los libros hablaré más tarde, uno ha sido devorado como si yo fuera una fiera y él un chuletón. Y el otro está a medias, aquí ando degustándolo.

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  2. Genial, ahora gracias a mi hígado... ¡rezumo glamour! A ver cómo se lo explico a mi médico de cabecera...

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  3. A mí, el circo, siempre me ha dado repelús. Nunca he podido evitar sentir escalofríos dónde los otros niños sentían ilusión y emoción. Ni la belleza de un equilibrista, ni los payasos, ni los malabaristas, no digamos los animales. Dicho esto, con cierto pudor, la verdad, al leer este libro no he podido evitar seguir sintiendo ese estremecimiento involuntario, con lo cual, la atmósfera del circo no puede estar mejor representada. Luego llega la sorpresa, de repente he leído veintiuna historias diferentes con un final abierto y cuyo hilo conductor es un circo, pero creo que se podría trasladar a todos los personajes a otro paisaje y sería totalmente correcto. Como si se tratara de pequeños poemas que concentran toda una historia en breves palabras, como aglutinar todo lo que ha ocurrido, ocurre y pueda ocurrir en tres frases. Como si fueran una canción, o un anuncio. El poder de concisión, es brutal, las interpretaciones son tantas como mentes puedan leerlo. Las imágenes y rostros que nos asalta a la mirada son ferozmente visuales, plásticas, rotundas. Los miedos, las bajezas, la humillación, la frustración, el amor, el sexo, la decadencia, la venganza, la ira y la mezquindad se dan la mano maquillados de colores vivos, cuando algunos de los personajes permanecen muertos por dentro. Me ha gustado a pesar de la desazón, a pesar del repelús. Tenéis razón hay frases memorables y personajes insólitos. Tenéis razón está lleno de matices. Tenéis razón, gracias por las letras, por las historias, por lo personajes, por el libro y por compartirlo con nosotros.

    David y yo estuvimos comparando el final, si era igual en su versión que en la mía, como dos críos haciendo una gamberrada escondidos bajo una arcada en una cueva medieval.

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  4. Abrumado por tus palabras, Luna.
    Esa era la intención, que el universo circense funcionase como metáfora de cualquier otro universo. Aunque espero que otros universos sean menos descarnados, la verdad. Sobre todo, por las que creen en los circos sin fieras...

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  5. Con permiso de Fernando, me gustaría dirigirme a Juan, es sobre su libro.

    “Malditas sean las guerras” dice un personaje del libro de Juan. Desgraciadamente, aún, en pleno siglo XXI, estamos obligados a seguir diciéndolo. ¡Qué cosa más absurda! Hombres matando a otros hombres. ¡Qué estupidez!

    “La casa de todos” La lectura de este libro se realiza fácilmente, te metes en la historia sin darte cuenta y ya eres otro miembro de ese pueblo, ves perfectamente la casa de Doña Ana, los ojos de los protagonistas y la cueva. He tenido en mi retina la mirada asustada de Ramiro y Paulino, he podido sentir el miedo de la parturienta y el sosiego vivido después. La prosa de Juan es rica, suave y fluctuante. Una delicia de narración. La historia principal se ramifica en las pequeñas historias de sus protagonistas. El hecho de contar historias para “distraer” la mente del horror es muy humano, lo hemos visto plasmado en el cine muchas veces, en Memorias de África, dónde la protagonista es contadora de historias, para alejarse de una triste realidad, o en Tesis, dónde el chico le cuenta un cuento a la chica para alejar su pensamiento del terror, Las mil y una noche para retrasar una ejecución, …..Pero lo que es magnifico, es el golpe de efecto de llevar el proyector de cine a la cueva, crear la ilusión de la ilusión, llevar magia dónde sólo hay dolor. Dónde curiosamente, al final de la proyección, es una niña pequeña la que pone los pies en el suelo y baja a la realidad. Me ha gustado mucho este libro, pero me ha sabido a poco, quiero más, más de Ramiro que se nos presenta como un San Pedro renegando que conocía a Jesús por miedo, y al igual que él, por miedo Ramiro se desprende de su sotana renegando de su condición de cura. Más de Paulino, ¿llegó o no llegó a su destino? Más de Manolo, líder de masas, más de la Lozana sola e incomprendida, más de Don César héroe anónimo y sencillo, más de Doña Ana y de mi querida Visitación, ¡menuda pareja!. Con cada uno de los protagonistas podrías realizar una novela, todos tienen una valiosa historia que contar, ¿Por qué no te animas?

    Y mientras, ENHORABUENA, así, con mayúsculas y de verdad, he disfrutado mucho leyéndolo. Muchas gracias.

    Y gracias, Fernando.

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  6. Una vez más en el incomparable marco de las crónicas de la sobrina nos encontramos.

    Luna mil gracias por pasarte por allí, por tus amables palabras y por leerme. Me siento muy halagado, es un placer enorme cuando descubres que tus historias pueden llegar a otras personas, que la crítica a la guerra queda patente, y también a las ideologías, todas iguales en el fondo, sólo diferenciadas por las personas que las portan en sus cabezas.
    Gracias por entenderme, por leerla así, por hacerla tuya. Creo que el elemento cinematográfico nos permite a todos los que somos fieles incondicionales del medio imaginar mil momentos, como la sala/cueva oscura en la que todos nos metemos al comenzar la proyección, o los recuerdos lejanos de nuestras primeras películas, en definitiva acercarnos a una época de grandes dificultades con el sentimiento tan necesario de búsqueda de esperanza.
    Tienes razón, en cada personaje se atisba un mundo que habría que recuperar, que no pude desentrañar del todo en este libro por mil razones y que está ahí, escribirlo es un bonito proyecto.
    Queda pendiente otra reunión para comentar tantas cosas que nos dejamos en el tintero, además así podremos despedirnos como es debido.

    Gracias Luna, guardaré con cariño tu crítica.

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  7. De nada, ha sido un placer. Hablando de frases memorables, os diré que estoy leyendo un libro muy interesante, en el cual, en un momento determinado se plasma algo muy intenso. Os pongo en antecedentes: siglo XVI, Italia, un grupo de dominicos asalta una biblioteca llevándose una serie de libros considerados “malignos” para quemarlos. El bibliotecario y su ayudante comentan:

    -¿Has visto lo que han hecho, Pietro?
    -Sí, nos han traído su miedo.
    -Aquí, dónde sólo había libros.

    Creo que en tan pocas palabras está expresado mucho. Así que, ahí va, como homenaje al día del libro y a los escritores que nos hacen volar en libertad a otros mundos, a otras historias, a nuestro interior y a las estrellas.

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