jueves, 25 de marzo de 2010

VUELVE LA SOBRINA : Crónica a pachas.


Dejemos de lado el nivel de coherencia en el hecho de que el Festival de Málaga se presente en la Casa de América de Madrid, porque resulta obvio que la disponibilidad de los profesionales del cine para acudir a estos saraos es mayor en la capital que desplazándose en masa para una farra con fotos hasta Andalucía, cosa que todos harían –dicho sea de paso- encantados, si las agendas y los presupuestos lo permitieran. Dejemos también al margen la utilidad real de esta fórmula, porque imagino que un photocall y un montón de fotógrafos, cámaras y alcachofas sirven pare difundir razonablemente bien lo que ofrecerá el Festi o cuando menos hará ruido mediático en torno a él. Pero aquí lo que realmente le importa a la concurrencia virtual es quiénes asomaron la nariz, cómo fue el zurre y de qué modo se coló la sobrina en su tercera glam-session en menos de 15 días. Claro que con esto último pasa como con los trucos de magia, en cuanto lo explicas queda ramplón. Así que no seré yo quien lo haga.
Gracias por cederme el paso y poder decir que la organización de este sarao me dejó pasmada. Ir por la puerta de los fotógrafos, con mi mochila al hombro, como si mi cámara fuera dentro, no parecía una gran baza. Pero creo que mi modelo de becaria-intelectual y el hecho de que mi acompañante tenga un doble en el mundo del cine, influyó en el resultado.
Mientras toda la tropa hacía guardia para fotografiar farándula y los que serán homenajeados este año se perdían palacio adentro para una sesión de fotos más elaborada, nosotros cazamos un banco de jardín e iniciamos un encendido debate similar al que cuelga del post anterior, comentario va comentario viene, el cine español esto el cine español aquello. A nuestro lado, la espalda de Carmelo Romero, el director del Festival, que aguantaba tralla sin revolverse, con mucho oficio. Al otro lado del banco, dos chavalas que podían ser jefas de producción, de prensa o de casting, pero no eran ninguna de las tres cosas, acabaron entrando en nuestra conversación y suspirando por una cerveza como el que más.
Porque aquello no parecía tener sentido, allí estábamos pasando el rato, sin saber muy bien a qué narices veníamos. Que si flash por aquí, famoso por allá… pero los que íbamos sin cámaras en la mochila, pues poco plan teníamos. Pero bueno, en este caso nos hicimos amigos de las del banco (ya no de las de la mesa), y eso permitió que nuestra discusión sobre la eficiencia de la industria del cine se relajara un poco… o al menos que yo no me sulfurase tanto.



Abajo, al fondo, al ataque. Ronda al fin de cerveza fría. Aún no se puede fumar porque Juan Diego no ha llegado. Vengo observando que cuando él entra en un recinto donde rige la prohibición y se echa el primer pitillo, como nadie se atreve a amonestarle, se acaba la norma y los fumadores se entregan a lo suyo. Al fin viene Juan y mi pronóstico se cumple. Fumamos observando el famoseo y saludando conocidos (porque al final, en cuanto vas a tres cine-partys acabas encontrándote a los mismos de siempre y ellos se topan también contigo, claro). El tiempo pasa. Revolotean algunos tórtolos alrededor de mis acompañantes. Cosas de las fiestas.
Es en este momento de la noche cuando me entero de que una de nuestras acompañantes, Luisa, resulta que trabaja en la misma empresa de publicidad de mi otro tío (que yo soy sobrina allá donde se me necesite). Nunca me dejaré de sorprender con este tipo de casualidades, y siempre me extrañará que en el trabajo sea llamado Nico y en la familia Nicolás. ¿Dónde se ha visto eso? En fin, no solo había sed sino que el hambre también apremiaba, y aunque bajo el foco estábamos bien iluminadas, el ir a la zona de la que salen los canapés, al fin y al cabo, resulta mucho mejor. No hay duda, aun a pesar de que te persigan por toda la sala para seguir remoloneando. Si es que no se puede ir bien acompañada…


Bajan a abrevar nuestros compañeros de Yuglo, Paulino el prudente y Edgar, camarada de fatigas en la anterior edición malagueña. Tramamos acuerdos y escupimos sobre los presupuestos. Mi sobrina se marca unos bailes a lo Shakira. Nos tiramos unas fotos con un Bardem, la elegante Asumpta y el jefe de cóctel de Muchachada. Me encuentro con Manuela Vallés, la protagonista de un piloto para largometraje en el que hice de paramilitar mamón por amistad con el dire y mi inglés de acento germánico. Anda de palique con Julio Medem (hicieron juntos Caótica Ana) y como resulta obvio que una película pesa más que un piloto la invito a un cigarrillo y me largo a ver cómo va la crónica de mi sobrina.

Cuando bajaron los hombres, yo me uní al grupo de mujeres. Esto como en el cole, cada uno con los suyos. Y no pudimos evitar cuchichear sobre los modelitos de la gente. Nosotras, como íbamos de intelectuales (por fin una vez que no tenia que ir glamourosa, y sin tacones, qué a gusto se va así, madre mía), nos sentíamos con más libertad para ser criticonas. Y ya en momento de desinhibición, decidí que tocaba marcarse unos bailes, que una no tiene siempre la oportunidad de hacer el ridículo delante de actores y directores. Era mi momento para mostrar que no tengo vergüenza alguna (sólo para hacerme fotos con la gente, pero no hay problema, porque eso ya lo hace el hiperfotogénico de la familia, que tampoco sufre de vergüenza).


Cuando la batería se está agotando, los camareros desaparecen discretamente en medio de la confusión. Todos a la calle. Sobrina querida, creo ya tienes hecho el rodaje. A partir de aquí vuelas sola para una nueva sección del blog que titularemos, por ejemplo “Crónicas de la sobrina”.
Pues hasta la próxima.



Ah, coño, que casi se nos olvida:
(no me extraña, a los que montaron la fiesta también se les olvidó contarnos por qué era todo aquello. Bastante que había cartelitos y una pantalla que soltaba imágenes de las pelis, que son…)

Sección Oficial a concurso del Festival de Málaga 2010:
• ‘Una hora más en Canarias’, de David Serrano.
• ‘Héroes’, de Pau Freixas.
• ‘Que se mueran los feos’, de Nacho G. Velilla.
• ‘La vida empieza hoy’, de Laura Mañá.
• ‘El idioma imposible’, de Rodrigo Rodero.
• ‘Bon Appétit’, de David Pinillos.
• ‘El dios de madera’, de Vicente Molina Foix.
• ‘Circuit’, de Xavier Ribera Perpiñá.
• ‘Propios y extraños’, de Manolo González.
• ‘Planes para mañana’, de Juana Macías.
• ‘Rabia’, de Sebastián Cordero.

4 comentarios:

  1. no dejaré de fascinarme con la foto de la becaria.. si es que se me ve a la legua que quiero hacerme con tu blog... ;)

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  2. Me encanta Nerea. Me parece una buena idea que tengas una sección fija, contándonos todo, todo, así muy a lo” bitch”, como diría una pirata que conozco. Pero no le quites el Blog a tu tío, anda.

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  3. la verdad es que la foto es total de vieja gloria en declive y, al lado, la becaria ambiciosilla. Como en Eva al desnudo o Ha nacido una estrella (¡Cielos, espero que no...!)

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  4. no, no yo no quito nada... si en el fondo soy una ambiciosa con escrúpulos! y roñosidades en la familia las justas.
    veremos cuando sale la siguiente partycine! seguiré por aquí de todos modos viendo que el cine español, al menos da para pasar ratos muy entretenidos, aunque no sea viéndolo, precisamente ;D

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